FUNDADOR

Dr. JULIÁN FRANKLIN KENT

11/6/1913 - 27/7/1981

En los albores de su carrera funcional, fue  Secretario del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial nº 2,del Departamento Judicial de La Plata(1938-1945) y Juez Nacional de Paz Letrado de la Capital, a cargo del Juzgado nº 23,hasta el 11 de octubre de 1946.


Simultáneamente con el ejercicio de la profesión, asesoró  al Ministerio de Aeronáutica, cuya  representación le fue asignada en varias conferencias de la “Organización de Aviación Civil Internacional” (O.A.C.I), habiéndose desempeñado como jefe de la delegación argentina en las cumbres de Brasil, Bélgica, Italia, Francia, Estados Unidos y Canada. Posteriormente, fue designado Director de Política Aérea del aludido Ministerio, cargo que resignó al ser ungido como magistrado de la Nación.


Fue designado Juez Nacional en lo Criminal de Instrucción a cargo del Juzgado nro. 4 de la Capital Federal el 11 de mayo de 1959, cargo loablemente desempeñado hasta el 31 de enero de 1968. En oportunidad de llevarse a cabo la ceremonia de descubrimiento de la placa conmemorativa que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal dispuso ensamblar, desde entonces, en el Juzgado a su digno cargo, hizo uso de la palabra el ex juez en lo Criminal de Instrucción, Dr. Carlos Arigos, habiendo trasuntado sentidos conceptos acerca de la personalidad del homenajeado, tanto  como ciudadano, cuanto  como magistrado, pudiendo  redimirse estas frases: “...Pienso que en Kent estaban dadas, en armónica conjunción, una sólida formación jurídica, desprovista tal vez de floreos o fiorituras académicas, pero sí imbuida de una generosa sabiduría que, más allá de los libros, lo había enriquecido y humanizado con las enseñanzas que da la vida y la universidad de la calle; de una probidad que mostraba la impoluta transparencia de sus decisiones, alejándolas de toda sospecha y de una valentía que no se detenía ante nada, cuando sabía que lo asistía la razón, a cuyo servicio había que ponerse aunque fuera con riesgo de su vida...No fue, en consecuencia, ni jactancioso ni bravucón en su delicada función. Pero tampoco fue desvaído y cobarde. Logró, así, la justa síntesis que, como hombre y magistrado, lo mostró como un juez correcto, cabal y valeroso, cobijado y respetuoso de la Constitución y de la ley para, de esta manera, no  tener que postrarse ante los arbitrarios o los poderosos...”.

 

Con la impronta destacada por su colega, en el año 1968 funda el “ESTUDIO KENT”, imponiendo en su actuación profesional -y la de sus sucesores- la sapiencia, honestidad y valentía que supo cultivar en sus años de magistrado.